Desnudez. Cuando me mencionan esa palabra pienso mucho. Desnudez o Naked en ingles. Puedo decir lo que a la mayoría se le ocurre cuando escucha palabras como esas: Pensamientos bizarros, un cuerpo al desnudo, pudor, excitación, sexo o lo que fuera. Bien, en este caso, en mi caso y gracias a Dios, no soy como la mayoría. Nunca soy como la mayoría, los que me conocen lo sabrán muy bien y los que no, lo acabo de aclarar. No me hagan explayarme más de lo que quiero, me molesta tener que explicar todo y muchas veces ni siquiera lo hago. Volvamos al tema en cuestión. Cuando yo escucho desnudez, pienso. Pienso en otro tipo de desnudez. No físico, no predecible, no lo que la mayoría pensaría. Desnudez del alma. Eso pienso. Un alma al desnudo. Claros pensamientos a la luz de aquellos ojos que quieran explorar. Un alma al desnudo, ninguna mentira ni engaño, todo a la vista. Analizo mucho a las personas, saco conclusiones pero a veces me equivoco. Errar es humano, pero el olor al fracaso duele. Por eso me gustaría que hubiese almas al desnudo por doquier, así no me equivocaría jamás con una persona, así no me arriesgaría por nada que no lo valiera la pena, así amaría, querría menos a aquellos que no se lo merecieran, me cuidaría más, daría menos, y la traición de los demás no ocuparía tiempo en mi cerebro. Por eso hoy quiero decir algo, por eso hoy mis pensamientos se basan únicamente en una palabra: desnudez. Por eso hoy termino diciendo esto:
¡Que bueno sería que todos estuviésemos desnudos!