Abre una puerta, cierra otra. No la cierres del todo, déjame entrar primero. Esta vez, no quiero huir. Esta vez, quiero enfrentar. Quiero quedarme. Quiero vivir, quiero sentir. Sentir, como aquella tarde en que resplandecías. Resplandecías y era solo una tu dueña. Solamente a mí me pertenecía ese cuerpo. Esa alma, ese aroma, esa mente. Tus pensamientos eran míos. Tu conocimiento me llenaba día a día. Todo era justo. ¿Por qué terminó? ¿Por qué se acabó? ¿Por qué ya no estas? ¿Por qué me tuve que ir? Preguntas que invaden mi cabeza y la llenan de incógnitas. Pedir respuestas a las nubes ya no me sirve. No me sirven tus métodos. No sirven sin vos. Vivirme formaba parte de tu rutina. Vive mi vida, víveme. Víveme de nuevo, como antes, como nunca, como siempre. Víveme como lo hacías, víveme. No te pido más que esos días. No pido más que esa vida, mi vida. Devuélvela. Quítame las penumbras que giran sobre mí porque ya no las quiero conmigo en los días en que el frío me envuelve y el viento me derriba. Ya no hullas, llena de amor mi vida. Llénala, hoy se encuentra muy vacía. Vacía sin vos. Vacía. Llénala, devolvele la vida.
Devuelveme la vida, mi vida.