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Ciclotímica, crisis existenciales berretas, maniática, neurosis controladora, terca como mula, sumamente orgullosa, excentricidad alta y en progreso. Manipuladora, compradora compulsiva de boludeces, nivel incrementado de energía, actividad, e inquietud. Optimista, consumidora masiva de café y pastillas. Amante del cine, el teatro y la buena música. Miedo al fracaso, miedo al abandono, tendencias a escribir más de lo que debo. Fascinación por las gafas, las buenas fotografías y las personas con sonrisas lindas. Algo freak, algo nerd y media concheta. Ansiosa, organizadora de vidas ajenas, bastante despreocupada y en muchos casos depresiva al mejor estilo “drama queen”. Pequeño grado de autismo en la luna. En fin, una trastornada más. Welcome to the Josephine’s life.

¿Me queres seguir?

31/10/10

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Cinco segundos antes de que tus labios dejaran salir esa frase monstruosa, ya la estaba analizando en mi cabeza. Y ahí estabas, pronunciándola, letra por letra y con asquerosos acentos esperanzadores entre medio. “Nunca sabrás si no lo intentas”. Una frase al peor estilo cliché. Una pelotudez.
Y es que hay veces que no tengo ganas de intentar. Quiero decir, cuando uno pasa por la misma situación repetitivas veces en la vida, no solo se vuelve monótono sino que a la vez, deja de ser divertido. Entonces ahí es cuando considero que es al divino cuete intentar. ¿Intentar qué? Si ya se a donde va todo esto, siempre es lo mismo ¿o no?
Es como un estilo de remera que dejaste de usar porque salís a la calle y estas mediocremente vestida igual que todos los mediocres a tu alrededor. Y te convertís en una mediocre más. Ahora bien, o te cambias la remera, o aceptas ser una copia barata de los demás. A veces yo me quiero cambiar de remera. A veces no tengo ganas de intentar.
No es rendirse. Dejar de intentar es como llegar al aburrimiento máximo, a la odiada rutina y de repente liberarte de ello. Dejar de intentar es perder el interés en las cosas. Es cambiar de rumbo. Dejar de intentar es saber como terminan las cosas, es estar seguro de cómo va a terminar todo y querer cambiarlo. No es cobardía, es presentimiento, es seguridad, es cuidar a los demás es cuidarte a vos misma.
Muchas veces intentamos, deseamos tanto algo y cuando por fin lo logramos ya no es como lo que esperábamos que sea. Es como subir miles de escalones, llegar a la cima de rodillas, y encontrarte con lo mismo de siempre, ahí es cuando me canso de intentar.
No digo que no esta bien intentar, pero esa frase me resuena en la cabeza una y otra vez. ¿Qué pasa si ya lo intente y lo que sé no me gusta? ¿Tengo que intentar otra vez? ¿Y otra más? No se ustedes, pero yo tengo un límite. Y a veces entre las encrucijadas de la vida hay que decidir, y en este caso, personalmente creo que es hora de que busque nuevas remeras que ponerme.