Datos personales

Mi foto
Ciclotímica, crisis existenciales berretas, maniática, neurosis controladora, terca como mula, sumamente orgullosa, excentricidad alta y en progreso. Manipuladora, compradora compulsiva de boludeces, nivel incrementado de energía, actividad, e inquietud. Optimista, consumidora masiva de café y pastillas. Amante del cine, el teatro y la buena música. Miedo al fracaso, miedo al abandono, tendencias a escribir más de lo que debo. Fascinación por las gafas, las buenas fotografías y las personas con sonrisas lindas. Algo freak, algo nerd y media concheta. Ansiosa, organizadora de vidas ajenas, bastante despreocupada y en muchos casos depresiva al mejor estilo “drama queen”. Pequeño grado de autismo en la luna. En fin, una trastornada más. Welcome to the Josephine’s life.

¿Me queres seguir?

16/6/09

Así pienso:

Ya que estamos bajo el efecto de un boom mediocre de que Arjona vendrá a tierra argenta, déjenme decirles mi opinión. Anticipándoles, desde ya que no voy a hablar bien así que el que quiera cerrarse con un “a mi me gusta”, lo invito a que cierre esta página y abra “soy un inepto/a.com”, lo que yo escribo son puras verdades y el realismo es mi mejor amigo. Aquí vamos.
No me vengan con que el tipo hace las canciones más románticas existentes en el planeta, no, para escuchar boludeces prendo la tele y me pongo a ver a Guido Suller hablar del pollo con papas que le hace la madre (¡Que país generoso!). El tipo se cree un genio porque usa un juego de palabras patético: La contradicción. Para contradicciones estoy yo que ya tengo bastante. Déjenme explicarles lo dicho con un ejemplo: “La soledad que me acompaña”.
Por otro lado, ¿tan desesperado tiene que estar uno como para hablar de menstruación, perdida de embarazo y demás problemas femeninos en una canción? ¿Tanta poca inspiración hay como para recurrir a ese tipo de temas? Ya no se qué es peor, si el flaco que canta temas comerciales deprimentes o la gente que lo escucha, compra sus CDs y paga una entrada para ir a verlo, igualmente existe gente que paga para ir a ver cosas peores, así que ya nada me sorprende (y sí, hay cosas peores aunque no lo crean).
El que me diga que es poesía, me hace reír. Poesía es para la cincuentañera que nunca consiguió pareja, que no tiene una vida digna y que prefiere pasar su vida mirando novelas venezolanas, comiendo y escuchando este tipo de “artistas” ladrar (¿me van a decir que tiene linda voz también? No me jodan). Todo porque te hace subir el autoestima diciendo que te va a querer por más que tengas 120 kilos de más, o te lo baja diciéndote que tu amor no va a volver pero de una forma tan sutil que vos soltas suspiros de enamorada y pensas todo lo contrario al real mensaje. Por supuesto que hay gente que nos va a amar a pesar de nuestros defectos, y ojo que les habla una persona que tiene miles, pero un poco de realismo, no todo es tan así.
La mayoría de los adolescentes que escuchan Arjona se deprimen más seguido que una persona que no. Pregúntaselo a mi ex que nunca le vio el lado positivo a nada y por algo hoy estamos cada uno por su lado. El juego de palabras absurdo y aberrante, hoy vende miles de entradas por show y despierta gritos y sentimientos en gente de todas las edades, y bueno, así esta el mundo ¿no? Hay gente boluda que le da de comer a otras tres veces más boludas, pero ese tres veces más boludo vive mejor que vos y que yo juntos.
No debería ser considerado así pero es “música” y esta clarísimo que la escucha el que tiene ganas de ensuciarse las orejas, pero varias discusiones con gente que me dice que es lo más me llevo a escribir esto. No es más que una táctica apuntada al deprimido, a la mujer conflictuada, o a la loca romántica. Aunque para poetas y románticos, existan grandes como el Indio Solari (uno de mis cantantes preferidos), todavía habrá gente que escuche Arjona. Y bueno, de algún payaso hay que reírse debes en cuando.
P.D.: Hablando del Indio, el 19 de Septiembre vuelve y estoy esperando que lancen la venta de entradas para tener una en la mano, estoy feliz y no puedo pedir más. Allí estaré si es que ni la maldad ni algún fanático excéntrico de Ricardito no me acecina primero.