Sentía como cada gota golpeaba mi cuerpo, cada vez más fuerte. Me quede ahí, recibiendo palizas con la cabeza gacha. Usando mi cuerpo como para-golpe. No se me ocurrió correrme, de alguna manera, pensaba merecerlo.
Desconexión.
El agua me había alcanzado, me estaba ganando. Pocos segundos después, me deje sumergir, sin haber luchado por permanecer fuera.
Caí por completo.
Conteniendo la respiración me vi rodeada de recuerdos tanto buenos como malos. Los observe, los desprecie a unos cuantos, los adore a tantos otros. Una vez que el aire se volvió escaso, debí tomar una decisión. Por primera vez, tuve ganas de salir. Y así fue como lentamente me levante logrando mi propósito, dejando en la profundidad lo malo, y saliendo a flote con lo
BUENO.