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Ciclotímica, crisis existenciales berretas, maniática, neurosis controladora, terca como mula, sumamente orgullosa, excentricidad alta y en progreso. Manipuladora, compradora compulsiva de boludeces, nivel incrementado de energía, actividad, e inquietud. Optimista, consumidora masiva de café y pastillas. Amante del cine, el teatro y la buena música. Miedo al fracaso, miedo al abandono, tendencias a escribir más de lo que debo. Fascinación por las gafas, las buenas fotografías y las personas con sonrisas lindas. Algo freak, algo nerd y media concheta. Ansiosa, organizadora de vidas ajenas, bastante despreocupada y en muchos casos depresiva al mejor estilo “drama queen”. Pequeño grado de autismo en la luna. En fin, una trastornada más. Welcome to the Josephine’s life.

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13/7/10

Palabras más, palabras menos.

Las personas que dicen estar locas, realmente no lo están. El loco no presume su locura, simplemente la tiene dentro de sí. El momento exacto en el cual la persona se da cuenta que está loco, en ese momento, en ese momento comienza a dejar de serlo. Se habla tanto de la locura, cada mediocre se considera y se auto-etiqueta loco. La gente normalmente usa palabras y ni siquiera saben cual es su verdadero significado. Siempre me acuerdo de un texto en especial, en dónde el gran Fernando Peña decía algo así como que era realmente importante darse cuenta del peso que tienen las palabras. Y es pura verdad. Las palabras nos ayudan a expresar pero también hay que tener cuidado con lo que se expresa mediante ellas. Con las palabras podemos causar tanta felicidad como tristeza en los otros. Un simple “yo no” puede dolernos mucho si no lo estamos esperando. Dos insignificantes palabras que al juntarlas pueden derrumbar nuestro mundo. Y esto, esta claro, es solo un ejemplo. Pero… pienso que se debe tener un cierto respeto hacia las palabras, cuidar más su uso. También hay que saber que no siempre podemos depender de las palabras para solucionar nuestros problemas. Quiero decir, la palabra perdón por ejemplo. Esta tan gastada. El perdón no vale nada si uno no hace algo para remendar lo que habíamos estropeado tiempo antes de hacer uso de este. Las personas creemos que podemos hacer cualquier cosa. Si esta mal, si lastimamos a alguien con nuestros actos, bueno, entonces solamente decimos una palabra. Nuestro salvavidas: el perdón. Y listo. No creo que sea tan así. O por lo menos, no debería ser así. Las personas que más me lastimaron, eran las que se disculpaban todo el tiempo. Porque claro esta, anterior a cada disculpa venía una actuación lamentable, una acción que no queres ver, ni oír. Los seres humanos somos sensibles, más allá de ser fuertes o débiles. Todos tenemos sensibilidad. Y una palabra mal usada, en el momento equivocado, puede rompernos. Entonces hay que cuidar lo que decimos, nunca se sabe lo que podemos provocar en la otra persona. Si esta bien, si esta mal, eso depende solamente de nosotros.

Pi Di: Respecto a mí vuelta por estos pagos, quiero decir que me incentivo a subir las nuevas cosillas que hay para decorar este espacio, también por eso abro comentarios para los que deseen dar alguna opinión. Sólo eso que tengan un buen día.